Francia, 1931. Durante el rodaje de Las Luces de Buenos Aires, Gardel interpreta “Tomo y obligo”. El impacto que dicha canción tuvo en las salas donde se proyectaba marcaría un antes y un después no sólo en la carrera de cantor, sino también en el cine argentino. La imagen del gaucho recio cantando sus penas en un bar fue tan fuerte que marcó un momento irresistible. En adelante, a la voz comenzó a asociarse la imagen. Es que Carlos Gardel siempre quiso ser actor. Desde sus tempranas incursiones en la zarzuela y en la ópera, el escenario siempre le significó un espacio atractivo. Es por ello que no sorprende que debutara cinematográficamente en el período silente y que, a lo largo de su carrera musical, nunca dejara de coquetear con la idea de actuar en el cine. Será recién con la aparición tecnológica del sonido que Gardel se volcará definitivamente al mundo del celuloide, en la Argentina primero, en Francia y en Estados Unidos después. El presente trabajo se sumerge en la primera etapa, la que va desde sus primeros escarceos en el melodrama hasta el ingreso definitivo al cine.
Thursday, March 1, 2018
El Cine de Gardel: Vol. 1. de Patria Films a Joinville (1917-1932)
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